Despertamos todas las
mañanas con la monotonía de la desgracia tocándonos la puerta. Nos hemos
convertido en el país del absurdo y, como si fuera poco, pareciera que las
siete plagas de Egipto emigraron a Venezuela. La pequeña Venecia es un país de
papel con habitantes de cartón. Los días pasan y seguimos caminando en el
vacío, en el limbo; la única seguridad que tenemos los venezolanos es que quizás
nunca más regresemos a casa: la certidumbre del mañana nos la arrebataron de
las manos. A veces me canso de gritarle a la nada, de intentar salvar lo que ya
no existe, porque aunque intenten engañarnos con falacias, el país desapareció
hace mucho tiempo.
Leer Vuelta a la patria
de Bonalde no me causa ninguna emoción, ni siquiera un leve pestañeo. Nuestro
compromiso apátrida cada vez adquiere más fuerza. Ser venezolano no es disfrutar
una cerveza un viernes por la noche, ir al estadio a ver un Caracas-Magallanes,
comerse una Reina Pepeada a las tres de la madrugada, preparar sancocho los
domingos, apreciar nuestras hermosas costas, tener un humor característico, ver
la novela de las nueve... Ser venezolano se ha degenerado en una lucha
constante contra la adversidad: hacer colas kilométricas para poder obtener los
productos básicos, implorarle a Dios que te conceda un milagro y te salve
porque los hospitales no tienen insumos, tener a la mano las monedas de un bolívar y
los billetes azules que ya no tienen ningún valor para dárselos al primero que
se monte en un vagón pidiendo limosna, asustarse todas las veces que pasa una
moto por al lado, no poder llegar a casa después de las seis de la tarde,
sacar sueldo y quincena de donde ya no se tiene, vivir en la capital del miedo, aguantar
una Cadena Nacional cuando el circo quiere lucirse, sentirse atrapado en una cárcel
sin haber cometido un delito, permanecer en un estado constante de
desinformación, y pare de contar... Hemos venido al mundo a ser felices, no a
sobrevivir eternamente en un retén llamado Socialismo del siglo XXI.
(Fotografía por Carlos Becerra. Fuente: Prodavinci.)