domingo, 30 de noviembre de 2014

Interrogación retórica

El reloj marca las nueve menos diez. ¿Por dónde andas esta noche, Maga? El ritmo de tu cuerpo desnudo hace ruido en la habitación. La noche está boca arriba y mi alma perdida nada en una pecera. Entonces comienzo a buscar tu silueta con mis manos, a delirar de deseo, a atarte a mi cama y hundirte con la mirada. La ceremonia recurrente se presenta al conjurar tu nombre adornado de palabras mudas. El poema necio de tus ojos me recita la melodía de la nostalgia. La vida nos graba un epitafio en el amor danzando sobre los huesos del ayer. Nuestros verbos se conjugan en tiempos remotos. No quiero quitarme los zapatos y sentir que el miedo me mordisquea los pies. La nada que nos mueve nos interroga una y otra vez. ¿Tendré que inventarte todos los días al despertar? Silencio, no respondas. Quizás mañana te encuentre mirándote en el espejo con indiferencia hacia los recuerdos que no descansan. 

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